Que las cabañas de todo el corredor costero de la Ruta Provincial 1 haya tenido una permanente ocupación durante la primera quincena fuerte del verano, es una buena noticia. No sólo lo es para la zona del Gran Santa Fe, desde donde parte una gran porción de los visitantes, sino para toda la provincia, ya que esto representa una inyección para quienes aún no conocen la oferta de los cabañeros de la costa. También Sauce Viejo —del lado de la Ruta Nacional 11— ofrece una interesante variedad de alojamiento ideal para esta temporada.
Más allá de los porcentajes y las especulaciones —los primeros balances de la Secretaría de Turismo refieren una ocupación de entre el 85 y el 100 % durante los fines de semana, incluidos jueves y viernes, y del 60 % el resto de los días—, la cuestión debería ser más profunda: cómo optimizar (y mejorar) esta tendencia creciente para el turismo receptivo de la zona. Hacía allí deberían apuntar los privados que apuestan a invertir en las localidades costeras y los organismos públicos que promocionan y planifican.
Este verano 2013, particularmente, generó una atracción mayor entre los santafesinos por el turismo regional. Los altos costos de los principales destinos turísticos del país produjeron que muchos (no todos, por supuesto) repensaran la hoja de ruta, por lo tanto se renovó el interés por la oferta provincial para disfrutar de los meses más calientes del año.
El río, la pesca, el contacto con la naturaleza, los paseos por las islas, el avistaje de aves y las caminatas al aire libre son las principales ofertas de cabañas y campings de la zona. “Los referentes de la Ruta 1 están viviendo momentos muy positivos en cuanto a la convocatoria turística, no sólo desde este mes, sino desde la segunda quincena de diciembre con los fines de semana largos de Navidad y Año Nuevo”, explicó Javier Dellamónica, director provincial de Turismo.
“Los clientes que llegan a estos complejos se van muy satisfechos”, aportó Martín Bulos, secretario de Turismo. “La provincia de Santa Fe empieza a tener una propuesta que se comunica y que empieza a tener cabida en los posibles visitantes. De hecho, en este momento hay una campaña de difusión con afiches que promocionan la costa en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Paraná”.
PanoramaDel lado del corredor costero de la ruta 1, los cabañeros continúan con mucha demanda en la temporada veraniega. “Desde que toda esta zona, los complejos tienen una ocupación muy alta. Este enero fue bueno nuevamente y aún no terminó. Estuvimos trabajando en un promedio de ocupación del 85 %. Y, puntualmente, el próximo fin de semana tendremos lleno total”, indicó Favio Ferraro, de Cabañas Cayastá, en diálogo con Mirador Provincial.
“Para febrero viene bastante bien —aportó—, sobre todo pensando en el fin de semana largo de Carnaval. Hay algunos huecos durante la semana, pero los fines de semana se ocupa totalmente complejo”.
Asimismo, Ana María Ferrer, presidenta de la Asociación de Prestadores de Servicios Turísticos de Sauce Viejo —nuclea cabañas, guarderías y servicios gastronómicos—, precisó que en general, la ocupación durante la temporada rondó el 85 %. “Se ha tomado a Sauce como un lugar alternativo para el turismo, el cual se identifica con la pesca y el descanso. Habitualmente, se da una estadía corta, de cinco días, sin moverse mucho y que se puede venir con toda la familia”, indicó.
Respecto de las perspectivas para febrero, Ferrer dijo que viene tranquilo. “Mucho tiene que ver con el comienzo de las clases, este mes es más para las parejas. Aquí, llega gente de Córdoba, Buenos Aires y algo de Rosario. A nivel asociación, tenemos una debilidad en la zona oeste de la provincia de Santa Fe”, reconoció también.
Otro impulso para la turismo receptivo, sobre todo en Sauce Viejo, es la permanente realización de fiestas populares, como el Festival del Pescador. “Es muy importante que se hagan esos eventos multitudinarios, pero debe haber una política global de los municipios y comunas. Noto que se están revalorizando las fiestas populares, porque indudablemente ayuda al turismo. Es un movimiento que se está empezando a gestar”, concluyó.
Entre el valor agregado que cada acontecimiento de este calibre le da a un pueblo, más la oferta de comidas típicas, una naturaleza cuidada y vías de acceso en condiciones óptimas, la ecuación no puede fallar: Santa Fe se consolida como destino, también para veranear.